lunes, agosto 27

Barullo.
   Sigo reconiciendo caras. Ese hombre muy delgado, por ejemplo. Aquella mujer, ¿cómo pude haberme olvidado de esa mujer? La de la niña. La veo desde la primer espera. Hoy, ella llora. ¿Que habra sucedido? Hasta me da un poco de lastima, pobre mujer... Bah, como todos los que estamos aqui ahora.
   Varios llevan signos religiosos colgando de su cuello; quizas no los habian lucido hasta hoy. Asi nace la fe: ante la desesperacion.
Las charlas de ascensor se hacen mas fuertes.

-Crónicas de la Sala de Espera de la sala de Terapia Intensiva. Parte II.

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