miércoles, octubre 3

  Hoy tuve un sueño... del pasado, con elementos del pasado, pero en el presente.

    Iba por el patio, me dirigía hacia la cocina, y en eso me cruzaba con una perrita cocker negra igual a la que tenía años atrás. Era igual de cariñosa y simpática, hasta me conocía. Yo la abrazo y levanto un poco y ella me llena la cara de lengüetazos. Si bien también se llamaba Lugia, no era la misma Lugia, esta era otra y yo lo sabía muy bien, pero aún así había querido ponerle el mismo nombre. Como detalle, esta nueva perrita era más gorda y pesada. Pesaba mucho, sí que sí.
      Entro a la cocina y estaba mi mamá sentada en la silla a la derecha de la puerta, tomando mate como solía hacerlo. Yo me siento en la cabecera de la mesa, como de costumbre, y me pongo a charlar temas de poca importancia, mientras Lugia revoloteaba por debajo de la mesa buscando algun resto de comida que se haya caído. En ella, en mi madre, creo que no había algún rasgo distinto a los que solía tener.
     En eso estábamos, cuando llega mi padre, con Helena en brazos acariciándola felizmente. Nos saluda, y deja a la gatita en el piso la cual se pone a jugar con Lugia intentando treparla.
     Y un último elemento que apareció, fue mi ex novio. Entró también a la cocina, me abrazó y se sumó a la charla y a ver cómo jugaban mis mascotas, mientras yo, bien consciente de que tengo otro novio, aun asi le abrazaba y besaba. Pero este jóven, tampoco era mi ex novio en su totalidad, al igual que aquella perrita cocker no era Lugia en su totalidad. Éste jóven actuaba de forma muy calmada y pacífica, y tenía un perfil, una nariz, muy definida, pequeña y respingada.

     Podría decirse que era algo así como el mundo paralelo de Coraline, en el cual el presente seguía siendo el presente, y yo era plenamente consciente de ello, y se sumaban elementos no exactamente reales del pasado.

2 comentarios:

  1. Todos los sueños tienen algo de verdad
    Tal vez soñaste con cosas que extrañas
    me gusta y es interesante=D

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